Llega hoy un día importante para nuestra Selección Nacional de fútbol.
A partir de las 6 pm en Santiago de los Caballeros empezara a rodar un balón que puede suponer el futuro de la ilusión de un pueblo.
David González y sus hombres han de ser conscientes que cuando empiece a rodar el balón el sentimiento y la esperanza de toda una nación está en el terreno de juego acompañándolos.
El traspié ante Montserrat a supuesto que este partido ante el “ogro” del grupo El Salvador, se convierta en vital. Una victoria o empate dejaría casi intactas todas nuestras esperanzas y nos daría créditos a seguir creyendo en esta selección.
Tras los dos últimos traspiés el aficionado está inmerso en un estado de pesimismo. Ni somos tan buenos como muchos han querido hacernos creer, ni somos tan malos como otros están interesados de convencernos para hacer un barrido interesado en el organigrama de la Sedofutbol que no nos conduciría a ningún lugar pues en pocos meses tendremos un nuevo comité ejecutivo en la Federación que encauzara todo un nuevo organigrama basado en el futuro de su proyecto que con seguridad tendrá muy pocas cosas en común con la CN.
Si encontramos un orden en la línea defensiva, los medios se recomponen y empiezan a crear ese juego que el DT está cansado de explicarles, sería posible que una delantera con falta de gol empiece a encontrar el camino que se nos resiste.
Muchos son los efectivos que encontramos a faltar en esta selección, pero están los que son y no podemos en aquellos que no vinieron.
Con este partido van serán tres consecutivos que nuestros hombres han practicado juntos. Las excusas de la falta de compenetración y la no asimilación del esquema del profesor han de quedar a un lado. Si nuestros hombres son profesionales, están suficientemente capacitados para entender todo aquello que David quiere plasmar en el terreno de juego.
Esta aventura inicio con el partido ante Guatemala, tuvo su segundo capítulo en Bahréin y con Montserrat se entiende que el punto y seguido debe de ser hacia lo positivo.
Una vez asimilado el desgaste del encuentro y el largo viaje a Emiratos Árabes, todos hemos de ser conscientes que llega el punto de mayor exigencia a nuestros seleccionados.
Lamentar el que se quedó en el camino o el que no quiso venir solo hace que la herida no se cierre y la confianza se deteriore.
Una vez concluya esta jornada creo que es el momento de recomponer todo lo erróneo que se ha hecho hasta ahora y también reconsiderar si vamos a seguir asimilando con esa pasividad el “NO” de jugadores que se encuentran en el exterior a nuestra selección.
Por mucho agradecimiento que se tenga ya ha llegado el momento de utilizar las armas legales que hay a nuestro alcance y mostrarlas ante todos aquellos que solo por intereses personales renuncian al llamado de la Tricolor.
En fin……
Pasemos estas últimas horas y preparemos nuestras gargantas para que cuando salten nuestros hombres al Cibao Stadium sientan en calor de su pueblo, sepan que cuentan con nuestro respaldo y que tienen la obligación de luchar hasta la extenuación por los tres puntos en juego. Luego si se pierde con las botas puestas no pasara nada en absoluto, una derrota con honra es una ¡victoria!, pero una derrota sin haber luchado es una deshonra que no solo les afecta a ellos si no que la sufre toda una nación.